Mi perro no quiere comer

Mascota: Perros
Gata Ilustrada
Y esas son las seis mejoras que aportaría al tenis jugar con salchichón vegano en lugar de raquetas.
Colega
¿Y si a alguien no le gusta el salchichón?
Gata Ilustrada
Que juegue al pádel.
Colega
Un poco radical, pero tiene sentido. ¿Sabes lo que le pasó a mi padre una vez con un bocadillo de salchichón?
Nos lo ha contado muchas veces. Sería a mediados de 1960, aproximadamente. Llegó a casa del colegio y mi abuela le dio el bocadillo para la merienda. Bocadillo de salchichón. Otra vez. Tres días seguidos. Era lo que había.
Con desgana, cogió el bocadillo y se fue al patio de la casa.
Gata Ilustrada
¿Para comérselo allí?
Colega
Seguramente fue la idea inicial, pero en algún momento en el trayecto entre la cocina y el patio, pensó que había una idea mejor. Decidió no comerse el bocadillo.
Gata Ilustrada
Un genio, tu padre.
Colega
Así que, para hacer desaparecer las pruebas, decidió tirar las rodajas de salchichón.
Gata Ilustrada
Un genio, tu padre.
Colega
De una en una, las sacaba del bocadillo y las tiraba por encima del patio, lo más lejos que podía. A mí me gusta imaginar esta parte con mi padre haciendo una coreografía entre rodaja y rodaja de salchichón. Coge una, puntillas, giro, giro, estira una pierna, toma impulso con el brazo y ¡a tomar por culo rodaja de salchichón!
Gata Ilustrada
Un genio bailarín, tu padre. Sabes que eso no pasó así en realidad, ¿no?
Colega
Esta versión es la Snyder Cut.
Pero bueno, el trabajo estaba hecho, había terminado el bocadillo de salchichón.
Ahora entra en escena mi abuela, que llegó con calma a la cocina, de ahí al patio y le enseñó a mi padre lo que llevaba en las manos. Tenía todas las rodajas de salchichón. Ella estaba en el corral de al lado del patio, con las gallinas, hacia donde mi padre había estado tirando el salchichón.
Gata Ilustrada
Un genio, tu padre.
Colega
Según mi padre, el plan era bueno, pero fue todo mala suerte.
Gata Ilustrada
Que el plan era bueno es menos creíble que tu Snyder Cut.
Colega
Lo que pasó a continuación entre mi abuela y mi padre ha prescrito ya, así que mejor no te lo cuento.
Gata Ilustrada: En resumidas cuentas, que no le apetecía comer porque no le gustaba lo que había. Podría haber sido por otras razones, como les pasa a veces a algunos perros. En esos casos, la gente se preocupa pensando

Mi perro no quiere comer

Gata Ilustrada
Evidentemente, que no le atraiga la comida es un motivo plausible para que un perro no coma. Y para que no le atraiga la comida, los motivos pueden ser el sabor, la textura o, sobre todo, el aroma. El aroma es fundamental. Y para nosotros los gatos, también.
Colega
Yo me perfumo y huelo bien, por eso te gusto y me lames, quieres comerme.
Gata Ilustrada
Ese tema lo hablamos en otro momento.
Dejando a un lado que sea apetito caprichoso, es decir, que no come porque no le gusta, el motivo principal por el que un perro no quiere comer es que se encuentra mal. Hay una enfermedad que le genera apatía y anorexia o náuseas. ¿Qué enfermedad? Muchas. Es un signo inespecífico. Puede ocurrir con una gastroenteritis, con un dolor fuerte por una hernia discal o por una enfermedad sistémica como la leishmaniosis. O por muchísimas más.
Colega
Pues le doy un paracetamol y se le pasa, así ya come.
Gata Ilustrada
El paracetamol no es apto para perros. Y aunque lo fuera, un antiinflamatorio no es el tratamiento para la gastroenteritis o la leishmaniosis, por ejemplo. Al tratarse de un signo común en muchas enfermedades, hay que ver qué más le pasa. Si se queja de alguna parte del cuerpo, si tiene buen color… es decir, un veterinario tiene que explorar al perro para decidir si es necesario hacer alguna prueba, como un análisis de sangre, una ecografía… son tantas las razones que pueden hacer que un perro no quiera comer, que las posibilidades de pruebas son muy diferentes.
Colega
Mi abuela encontró las pruebas de que mi padre no se había comido el bocadillo.
Gata Ilustrada
Y en eso consiste la medicina, en investigar y hacer pruebas para encontrar la evidencia de la enfermedad, para tener el diagnóstico.
Cuando un perro no quiere comer, es decir, no es que no pueda porque intenta comer y no lo puede tragar porque tiene algo en la boca o la garganta. No, tiene comida delante pero no tiene interés por comer. En ese caso, un veterinario debe investigar, tiene que conseguir un diagnóstico.
Colega
Es curioso.
Gata Ilustrada
¿Qué es curioso?
Colega
Un perro al que le duele algo, no come. Y mi padre, no se comió el bocadillo y después le dolió el culo…

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